viernes, 28 de noviembre de 2008

jueves, 27 de noviembre de 2008

El Brindis Mommio

La raíz es algo difusa. Ustedes comprenderán que si se pasa en el famoso Bar y Restaurante Karaoke 88 desde las cinco de la tarde hasta las dos de la mañana al menos cuatros días a la semana, eso es como 36 horas semanales y como 144 por mes. Bueno pero seamos claros en que no todos los días se corría con esa suerte. A veces ellos llegaban a escuchar La hora de los novios en Radio Musical, extraña costumbre tiene el Chino de poner música romántica en horario vespertino como para hacer la trancisión entre restaurate diurno y borrachero nocturno. Otras noches se llegaba tipo siete u ocho, después de las clases universitarias. De vez en cuando, veladas muy extrañas, se iban temprano como a las diez u once. Así que dejemos un cálculo en 25 horas semanales. Aún así son como 100 horas al mes de alcohol. Ustedes entenderán que no es fácil poner una fecha o recordar muy claramente cuando es que se inició esto del brindis que luego pasó a llamarse el Brindis Mommio.

Anótese que en honor a la verdad fueron los momios Manuel y Mando sus conformadores. Johan les acompañó de golpe, pero fueron sus cabezas desacomodadas las que le dieron cuerpo y sonido. Solo empezó como una cosa bulliciosa, un distintivo casi animal. Quien sabe, a lo mejor en el inconciente ellos marcaban terreno o buscaban llamar la atención del sexo opuesto. De lo que estoy seguro es que este cuento seria mejor narrado en Animal Planet y de forma perfecta por el Cazador de Cocodrilos.

No voy a perder tiempo explicando en que consiste el Brindis Momio, de seguro que ustedes ya lo habrán escuchado en un bar del circuito universitario o el apéndice del Barrio la California. Sino, ya lo distinguirán en el momento que lo escuchen. Ya pasaran por esa primera etapa de desprecio y la consecuente forma de aceptación para finalmente entender el modo de vida que se esconde detrás.

Si le ponemos una fecha, digamos que se originó antes del cumpleaños de Manuel en el 2007. Allí fue su bautizo. El día que Manuel cumplió sus 25 años la embriaguez del distinguido –estado natural de la iluminación por excelencia- guió su mano y garganta cual profeta y con baño de cerveza y vidrios quebrados de un litro de Pilsen bautizó el inicio de una nueva subcultura. Ese mismo día aparecería Hugo de plano en el grupo de amigos, pero eso será para otro post.

Tiempo después se fue distinguiendo más alto, más rudo y más masivo el grito de los compas para brindar. Más distintivo y calculado.

Pasa que pasó, alguien le distinguió como el Brindis Momio.

De allí a casi un año más tarde se le agregó un rabo al brindis. El escenario fue el blasfemo Buffalos. Pero es un agregado que no cambia el sentido. Cuantas personas han ido y venido, amistades y relaciones. Grados universitarios y trabajos. Ellos siguen procurando acumular horas de vuelo a la cerveza y brindando como siempre brindarán.

Los momios seguirán brindando por los bares y las calles de esta pequeña ciudad con cara de duros que no se avergüenzan por atraer la atención de otros tomadores que le destinan miradas de odio, celos, pena y una que otra chiquilla que sonríe (esto casi nunca pasa).

Si a vos te toca ver rota la rutina del escenario en un bar cualquiera por el grito de unos gordos borrachos, no los mires con desdeño, que el borracho de hoy es el mommio del mañana.


Escribió el mommio Johan

PD: Si quieren saber más del 88 no dejen de revisar este lugar.


lunes, 24 de noviembre de 2008

De como los mommios se volvieron millonarios

De esto va la historia que ahorita apenas empieza. Cabezas grandes que toman cerveza. Penes pequeños que expulsan cerveza. Autocortes de pelo que se bañan con cerveza. Humores de papa sin sal que se potencian con cerveza. Raíces mareras en las que circula cerveza. Peinados hechos por mami que se despeinan con cerveza. Gemelos con las peores partes de la genética fermentadas en cerveza. Nombres que atemorizan Troya pero sucumben a la cerveza. Vicios que van y vienen pasando de lado a la cerveza. Estudios teñidos de cerveza. Fracasos superados con cerveza. Deseos de triunfo cultivados en cerveza. Sed de gloria y cerveza.

A pesar de no ser lo que tradicionalmente impulsa a la gente a volverse millonaria, en este caso fueron los componentes esenciales que conducieron a los mommios a la cumbre financiera. ¿Y todo para qué? Para lograr calmar a sus demonios internos sin miedo a la inestabilidad que provoca la ausencia de su amada de toda la vida: la cerveza.

Los amigos van y vienen, las novias van y vienen y toda la historia está plagada de fracasos y triunfos. Parece que lo único eterno con lo que los mommios pueden contar siempre y que nunca les va a fallar es: Otro mommio con dos cervezas en las manos dispuesto a compartir hoy porque bien sabe que seguro le va a tocar mañana.

¡Mmmuuaaaoooouuuuooouuoooouoeeeoooaaooooorrrrrrrrrá! ¡Salud Momito!

Sábado de trompos y Escazú

Hugo y Elmo llegaron a Bahamas, un bar de estructura pobre que se cree algo así como electropop y que se llena cuando los carajillos adinerados están sin plata, después de una odisea para regresar el carro de la empresa que se les varo de camino, allá por la Sabana. Allí se encontraron a Cristal y algunas amigas de ella que pocos minutos después Hugo describiría como "No, no, no, no, no..."
Casi al mismo tiempo llegó Johan al bar, recién salido del trabajo.
Los tres mommios se tomaron una birra en ese lugar y en poco se aburrieron. Decidieron hacer camino y aprovechar que Hugo andaba con el único carro de la empresa que no tiene GPS.
Así pasaron primero por el bar contiguo: AreaCity, otro chinchorro con aspiraciones poperas tipo ochentas. Elmo y Johan hablaban de la falta de encontrar alguien para el fin de año y de como el tiempo se acaba. Así surgió el concepto de que a mediados o en la tercera semana de diciembre la calle se pondría como el reino animal y que ellos se verían forzados a cazar en manada con la regla de compartir la presa. Mientras Hugo se sumó a la conversación y los tres muchachos empezaron a hacer muecas visuales de cacería, pasaron dos muchachas ni lindas ni feas a su lado. De esas jóvenes que tienen algún potencial oculto entre las miradas. Ellas volvieron con sus bebidas y se estacionaron junto a los mommios. Mientras ellos descifraban si hablarles o no, las chicas se fueron. El Pueblo, decidieron irse para el pueblo, que es un centro comercial de bares frecuentado por personajes peligrosos que degustan de disparar y hacer pleitos con botellas rotas.
Antes pasaron por la Chicha, otro de esos chinchorros josefinos que ven masificadas sus ventas con la organización de algunos conciertos y la selección de música más hip. Johan recordaba como le dio el primer beso a la innombrable en la mesa que se encuentra entre la barra y el baño de hombre, Hugo encontraba rasgos de su propia innombrable en las letras de algunas canciones de Pearl Jam y similares. Elmo notó la presencia de un hombre rubio muy borracho, si acaso de 30 años. Estaba desparramado en una mesa totalmente perdido del mundo. Entre un trago de cerveza y una broma volvieron a ver y el borracho tenía compañía, una muchacha linda, alta, nada despreciable le acariciaba la cara. Los tres rieron y comentaron que al rato les hacía falta emborracharse como idiotas para conocer a alguna mujer. Al poco tiempo la joven levantó al borracho como pudo, lo beso y los tres mommios dijeron: "Puta y ahora se van para el motel, maldito suertudo".
Se enrumbaron hacia El Pueblo, porque Hugo quería ir a un lugar menos melancólico. Llegaron y a la entrada el guarda no quería dejar entrar a Johan porque tenía un gorro de lana en la bolsa, Como si no ingresarán allí con pistolas y demás armas. Hugo se devolvió al carro para dejar el gorro. Cuando volvió empezaron a ingresar. Bares entre vacíos y patéticos. Pasaron frente a un lugar llamado Tarrico y vieron un par de muchachas guapas en la entrada, de esas que se merecen un Miauuu. Pero siguieron andando para orinar y ver que otro bar se encontraban. Nada, y decidieron entrar a Tarrico, cuando iban llegando las muchachas Miauu iban saliendo. Igual entraron y encontraron el mismo panorama de todos los lugares, una treintena de bates y como cinco gordas, ya todas tomadas por su puesto.
Lo de menos melancólico tampoco funciono. Al entrar y el "animador" se puso a hacer mofa de los despechados y sonó Navidad sin ti, o como se llame, de Marco Antonio Solís. Igual no se aguevaron y la cantaron. Un poco más duro fue la canción que siguió, la de Seré un buen Perdedor, de Franco de Vita. Se tomaron las dos birras de la entrada, hicieron un poco de malas bromas y jalaron.
Fueron a dejar a Elmo. Hugo preguntó por Mando. Johan replicó que no iban a ir hasta Cartago y Hugo preguntó que por qué no. Johan dijo que pues si, que por qué no. Pero Mando no contestó. Después de dejar a Elmo les dio por irse a Escazú. Ese loco de Hugo hacía correr al gajo de 4X4 a 120 kilómetros por hora y más, aún sin poderle meter la quinta. Llegaron rápido. Acomodaron el vehículo y se bajaron. De un carrazo alguien saludó a Hugo, y aunque le tomó tiempo darse cuenta, reconoció la señorita Sharon que le saludaba desde atrás.
Allí si había ambiente y el iluso de Johan que se negaba a reconocerlo, descubrió donde es que se ocultan las muchachas bonitas. Hugo propuso ir donde Sharon y Johan aceptó. Él no sabía que Sharon vive en Santa Ana, bien lejitos. Compraron un par de birras por jupa y cigarros en un bar donde no se podía caminar ni respirar de lo lleno que estaba.
Donde Sharon estaban otras dos amigas algo tímidas y que pronto se fueron a dormir. Hugo descubrió que eran las 4:30 de la madrugada y que tenía que trabajar temprano al día siguiente. Así que se devolvieron.
Al llegar a Mommiolandia (antigua Betania) se dejaron llevar por la estupidez e intentaron hacer un par de trompos en la rotonda. No se logró, no más se despedazó un poco el zacate de la rotonda.
Chau y a dormir.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Manifiesto Mommio

1. La cerveza es más grande que todos nosotros
2. Ninguna mujer vale la pena, solo su mamá.
2.1. Ningún hombre vale la pena, solo un mommio.
3. Donde toma un mommio toman dos. Donde toman dos mommio, toman tres. Donde toman tres mommios, toman cuatro. Donde toman cuatro mommios, nadie sale sobrio.
4. Amantes de la buena Cerveza... y de la mala también (Excepto la Rock Ice, en especial la limon que son una porquería) ... y del Whiskey... y del Vodka... y del Ron... y del Cacíque... en fin del Buen alcohol...
5. Todo lo puedo en el Guaro que me emborracha...
6. La Cerveza es la unica amiga de verdad (hasta las mujeres lo pueden afirmar).
7. Asistiré a la Vommitona anual de diciembre y le rezaré a la luna inconciente el día en que esta brille en su máximo explendor.