lunes, 24 de noviembre de 2008

De como los mommios se volvieron millonarios

De esto va la historia que ahorita apenas empieza. Cabezas grandes que toman cerveza. Penes pequeños que expulsan cerveza. Autocortes de pelo que se bañan con cerveza. Humores de papa sin sal que se potencian con cerveza. Raíces mareras en las que circula cerveza. Peinados hechos por mami que se despeinan con cerveza. Gemelos con las peores partes de la genética fermentadas en cerveza. Nombres que atemorizan Troya pero sucumben a la cerveza. Vicios que van y vienen pasando de lado a la cerveza. Estudios teñidos de cerveza. Fracasos superados con cerveza. Deseos de triunfo cultivados en cerveza. Sed de gloria y cerveza.

A pesar de no ser lo que tradicionalmente impulsa a la gente a volverse millonaria, en este caso fueron los componentes esenciales que conducieron a los mommios a la cumbre financiera. ¿Y todo para qué? Para lograr calmar a sus demonios internos sin miedo a la inestabilidad que provoca la ausencia de su amada de toda la vida: la cerveza.

Los amigos van y vienen, las novias van y vienen y toda la historia está plagada de fracasos y triunfos. Parece que lo único eterno con lo que los mommios pueden contar siempre y que nunca les va a fallar es: Otro mommio con dos cervezas en las manos dispuesto a compartir hoy porque bien sabe que seguro le va a tocar mañana.

¡Mmmuuaaaoooouuuuooouuoooouoeeeoooaaooooorrrrrrrrrá! ¡Salud Momito!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ilusiones de vapores etilicos...
jejeje